"Deben ser indeterministas, cuestionadores del orden existente; deben buscar explicaciones divergentes a las que se dan por aceptadas y ser críticos permanentes con lo que se tiene por cierto" Ávila Fuenmayor

ANÁLISIS DEL RIVAL Y ESTRATEGIA OPERATIVA

Fundamentación teórica básica


Para  entender la estrategia operativa primero debemos definirla de forma acorde. Para ello vamos a partir de varias definiciones aportadas por diferentes autores, en las que se entiende el análisis y la estrategia operativa como:

  “El estudio de los deportes a partir de la observación del comportamiento de los jugadores y de los equipos, viene a constituir un fuerte argumento para la organización y el diseño de los procesos de enseñanza y entrenamiento de los deportes colectivos” (Oliveira, 1992; Garganta, 1996; Hughes, 1996).

  “El análisis del juego realizado a partir de la observación de las acciones de los jugadores, constituye un importante medio para acceder al conocimiento del deporte en competición”. (Mombaerts, 1991).

  “Adaptación de los sistemas de juego a las características específicas del rival y del encuentro. Se entiende como la selección de aquellos medios constituyentes del sistema más apropiado para contrarrestar su potencial y explotar sus carencias”. (Antón, 2002).

   “Elaboración de planes estratégicos de intervención, que se manifiestan en modificaciones puntuales y temporales (funcionalidad especial), de la expresión táctica de base del equipo, es decir, de la funcionalidad general, estableciéndose en función del conocimiento y estudio de las condiciones en que se desarrollará el próximo enfrentamiento deportivo”. (Castelo, 1999).

  “La lógica del juego señala a éste como un deporte de colaboración-oposición la presencia del compañeros y contrarios (así como de otros elementos constituyentes) mediatizan la toma de decisiones en el jugador. No sólo nuestra idea, modelo o filosofía será suficiente, para poder competir de la mejor forma posible, la información procedente del contrario es determinante; si además conocemos esa información de antemano, podremos trazar un plan (estrategia)”. (Cervera, 2010).

Al leer estas definiciones no se debe sacar en conclusión, que nuestro equipo debe adaptarse al equipo rival para tener un mayor éxito en la competición, en cualquier caso sería todo lo contrario. Debemos entender la estrategia operativa como una referencia en la que partir a la hora de modelar nuestro modelo de juego.

Con la estrategia operativa no realizaremos grandes cambios en nuestro microciclo semanal, sólo se introducirán nuevos elementos que enriquezcan nuestro ya construido modelo de juego y que no haga más que nutrir al colectivo para así poder manejar un mayor abanico de circunstancias en la competición.
 




Marco Tamarit