"Deben ser indeterministas, cuestionadores del orden existente; deben buscar explicaciones divergentes a las que se dan por aceptadas y ser críticos permanentes con lo que se tiene por cierto" Ávila Fuenmayor

martes, 22 de junio de 2010

Contextualización del juego durante el entrenamiento

El fútbol es un juego enmarcado dentro de un determinado contexto y caracterizado por una gran imprevisibilidad. Ésta imprevisibilidad debe marcar la pauta a seguir en nuestra forma de entrenamiento para así poder crear un “modelo de juego” real.

El deporte del fútbol desde su imprevisibilidad está compuesto de forma general por facetas técnicas, tácticas, físicas y psicológicas. Dichas facetas deben estar enmarcadas dentro de un determinado contexto común ya que todas se dan a la vez durante la competición. Por tanto todas deben de darse de forma simultánea y contextualizada en el entrenamiento basándose en la formación de un “todo”. Partiríamos de aquí expresando que “el todo no es igual a la suma de las partes”, Morin, E. (2001, cit. por Tamarit, X. en 2009).

Por tanto entendemos que todas las condiciones se encuentran englobadas y no separadas ni desintegradas. Esto nos llevará a implicar estas condiciones durante el entrenamiento.

¿Desde qué punto se parte y orientamos la contextualización de nuestro entrenamiento entonces?

Partiendo de lo imprevisible tendremos que tener en cuenta el aspecto primordial que se da en toda situación de juego competitiva dentro del fútbol, la táctica. A partir de ésta crearemos nuestro “modelo de juego como guía de todo el proceso” (Tamarit, X. en 2009). Éste “modelo de juego” debe estar en continuo proceso de cambio, crecimiento y “construcción” ya que nuestro juego no es predefinible y mucho menos los instrumentos de juego (los jugadores). Ese modelo de juego debe estar condicionado y abierto a multitud de variantes. Aún así a pesar de ser sensible al cambio siempre debe mantenerse la concepción propia del modelo de juego. Ésta sufrirá variaciones pero sus principios fundamentales seguirán siendo los mismos.

Por tanto para contextualizar nuestro entrenamiento habrá que crear nuestro “modelo de juego” (no sistema de juego). Para ello tendremos que conocer lo que queremos alcanzar durante nuestro “juego” definiendo “una serie de comportamientos (Principios y subprincipios), así como la articulación entre ellos, la cual nos va a permitir tener una identidad de juego(Tamarit, X. en 2009).

Dichos principios y subprincipios (más específicos) serán procedimientos comunes a seguir por parte del equipo y tendrán que ser dominados ya que serán la base del “modelo de juego“ de nuestro equipo. A esto nos aporta Mourinho: “Lo más importante en un equipo es tener un determinado modelo, determinados principios, conocerlos bien, interpretarlos bien, independientemente de ser utilizados éste o aquel jugador”.

Podríamos concluir por tanto que para contextualizar nuestro entrenamiento, debemos partir de la construcción de un modelo de juego basado en principios y subprincipios articulados como comportamientos y que nos permitirán la mayor transferencia de nuestro entrenamiento a la competición, es decir, convivir con nuestro juego durante la semana, para luego salir con él en la competición.


Marco Tamarit

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