Cada pensamiento (surgido del juego) lleva a una acción individual, que posteriormente implica un pensamiento colectivo y por consecuencia una acción colectiva.
Muchos dicen que el fútbol vive de individualidades, otros que del colectivo, y otros muchos de una mezcla entre ambas. Hay otros que dicen que gran parte del éxito del equipo depende del entrenador e incluso de la gestión económica del propio club. Otros responsabilizan a la dirección deportiva o al trabajo de cantera.
Son muchos los parámetros que pueden llevarte al éxito de un equipo (que no de un club) y lo mejor es eso de “de todo un poco”.
Parto de aquí para hablarles de la cohesión en el fútbol (inicio para mí del éxito como equipo). De la acción de adherirse unos y otros en busca de un objetivo común. Para ello se puede decir que se necesita un poco de uno y un mucho de todos. Hablo de la “adecuación de las respuestas individuales frente a la respuesta colectiva deseada”.
El futbolista por instinto y también por falta de entrenamiento adecuado, suele dirigir su atención única y exclusivamente en función del rival y del balón, sin tener en cuenta el colectivo al que va unido y al que se enfrenta. Su implicación no alcanza ni el 60 % (desde mi punto de vista) de los estímulos que surgen durante un partido de fútbol. Esto implica un importante desajuste que lleva a no poder trabajar como un bloque en situaciones en las que no se posee el balón. Al crearse un importante desajuste cuando no tenemos la posesión, cuando se recupera, el desajuste sigue estando presente y la elaboración de juego se entorpece en mayor medida.
Muchos diréis: ¿Qué está hablando éste? Desajuste, individualidades, atención, posesión, bloque, defensa. Pues hablo de la ZONA. Sí del bloque defensivo zonal y de la importancia de su cohesión. Cuando empleo la palabra defensiva no piensen en la línea de 4 con un pivote por delante como llaman por ahí “destructivo”, NO. Hablo de un colectivo, de un conjunto, de un equipo, COHESIONADO.
La cohesión es importante en la medida que se crea un bloque que ante diferentes estímulos y dentro de sus limitaciones es capaz de actuar de forma conjunta y coordinada. Actuar como consecuencia de pensar. Esto implica un nivel de atención y concentración durante la situación competitiva. Cada pensamiento (surgido del juego) lleva a una acción individual, que posteriormente implica un pensamiento colectivo y por consecuencia una acción colectiva. A estas referencias que toma el conjunto para actuar de una forma cohesionada las llama Amieiro en su libro de defensa en zona en el fútbol, referencias colectivas. Referencias que, “cuando están debidamente identificadas, lleven a los jugadores a pensar en función de la misma intención al mismo tiempo y, con eso, el equipo actúe como un todo al defender". (Amieiro, N. ,2007).
Por tanto equipo, conjunto, cohesión = bloque compacto defensivo. Cómo ven el fútbol “como entereza inquebrantable".
Marco Tamarit
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